el tiempo y el espacio no existen,
incendias mi cielo, iluminas mi averno,
-acepta que en mi dulzura caíste-.
Tu piel, un tono mas bajo que mio,
toca una melodía interminable;
mi pecho siente en tus latidos,
un momento incomparable.
Me miras, te miro,
me abrazas, te abrazo,
suspiras, suspiro,
-se escucha despacio-.
Hoy me regalaste un beso,
de esos que salen del alma,
tranquilizó mis huesos
y me devolvió la calma.
Tus manos acarician,
tus ojos hipnotizan,
tu cuerpo me codicia
el "te quiero" se desliza.
Pregunto por ti, me respondes por ambos,
¿como sucedió así? no sé donde ni cuando.
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