que enciende el mar y apaga el infierno,
tienes esa risa de ángel de averno,
y con una mueca detienes el viento.
Corazón blando te ocultas de mi,
te asomaste en silencio ¿crees que no te vi?
Cáscara de roca de duro quebrar
cállate y siente, déjate amar.
No esperes ahora lo que aún no te di,
no es el comienzo pero tampoco es el fin,
no me arrodillaré ante tu orgullo, ni ante ti
pero déjame decirte que ante tu amor, sí.
No traces el camino que quieres que lleve
déjame trazarlo con flores y nieve.
Ya llegará el día en que tu inflexibilidad tiemble,
y mis ojos negros se graben -para siempre- en tu mente.
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