Dos miradas que se cruzan fingiendo normalidad,
dos personas, dos almas y una sola eternidad,
el reloj marca la tarde y me regala un ¿como estás?
y mi palabra asesina deja mil ocultas detrás.
El destino confabula rompiendo mi seriedad,
una sonrisa inevitable se me escapa sin pensar.
Los días que transcurren me hacen, al fin, notar
que hay más detrás tuyo de lo que pude imaginar .
dos personas, dos almas y una sola eternidad,
el reloj marca la tarde y me regala un ¿como estás?
y mi palabra asesina deja mil ocultas detrás.
El destino confabula rompiendo mi seriedad,
una sonrisa inevitable se me escapa sin pensar.
Los días que transcurren me hacen, al fin, notar
que hay más detrás tuyo de lo que pude imaginar .
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