Eres como la sal que adereza mi carne,
eres como el azúcar que endulza mi vida,
no hay nada que de ti pueda separarme,
con azúcar y sal curaste mi herida.
Tus ojos de arena me envuelven con viento,
tu sonrisa pícara suaviza mis males,
me flechaste al segundo, juro que no miento,
quédate a mi lado, juntemos nuestros mares.
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