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Tengo un lugar en la arena dibujado con tu sonrisa,
donde pinté tu nombre con plumones de color,
tengo palabras dulces que se se mecen con la brisa,
'¿quieres ser mi enamorada?', pronunciadas con amor.

Tengo en mi piel los tatuajes invisibles de tus caricias,
y en el mar de mis recuerdos esos ojos que antes vi,
una sensación mágica que se siente y no se explica,
porque la otra mitad de mi alma se encuentra dentro de ti. 

Querida Dalila

¿Quién le pone el limite al amor?
¿Quién pone barreras al corazón?
¿Por qué actuar con excesiva razón?
¿Por qué apagar la ilusión?

Dices creer en un cuento de hadas,
quieres ganar pero no luchas por nada,
buscas cariño pero vendes el alma,
el amor no es solo un caldero de llamas.

Entregarte al primero no es amar,
aquellos defectos nunca cambiarán,
tu tiempo, tu vida ya no volverá,
¡no te desperdicies en aquel patán!

Encuéntrate a ti, y hallarás la salida,
no te precipites, cura tus heridas,
ríe, salta, sueña, disfruta tus días,
el amor llegará con calma a tu vida.

Reencuentro de almas

I
Corrí sin dudar hacia tus brazos,
que me llenaron de protección,
mire tus ojos, me uní a tus labios,
mientras se me aceleraba el corazón.

¿Recuerdas aquel momento en el que fuiste mio
y te llenaba de besos, al amanecer?
¿recuerdas que reíamos sin aparente sentido
y queríamos juntos envejecer?

II
En una noche de amor decidimos
romper las barreras de lo factible
¿Recuerdas aquel pacto de amor que hicimos,
para querernos más allá de lo posible?,

'Siendo yo mujer y tu hombre,
con otros cuerpos y otros nombres,
nuestras almas se reencarnarán
para volverse a amar'

III

Corrí sin dudar hacia tus brazos,
y recordé aquella sensación,
mire tus ojos, me uní a tus labios,
'sólo quédate conmigo', corazón.