Realidad

Alejada del mundo vive aquella joven,
cabello negro lacio y ojos avellana,
vive enamorada del amor que se fue,
al que, sin querer, en pesadillas llama.

Las frías noches le susurran al oído,
se repite incesante: alguna vez fue mio
los días pasan sin ningún sentido,
no quiere sufrir, es duro el olvido.

Despierta con su imagen en la mente,
agota al instante todo rastro de esperanza
el sol irradia, ella le es indiferente,
ya no escribe, ya no lee, ya no danza.

Parece decir con ojos de arrepentimiento,
-Soy tuya de siempre. Si tú no estás muero
nos hicimos daño, de corazón lo siento
Rehagámoslo todo... ¡te quiero! ¡te quiero!

En ese momento se le oprime el pecho,
el dolor se extiende, el recuerdo mata
hunde la mirada, se acuesta en su lecho,
lucha contra ella, el sufrimiento harta.

Se incorpora valiente, triunfante, guerrera,
intenta distraerse aunque respirar cuesta
toma de su orgullo, ahoga aquella pena
resignada pues al amor le perdió la apuesta.

"Estaré mucho mejor", mirándose al espejo,
cabello despeinado, ojos ya sin brillo
se compadece de si misma y de su triste reflejo
"Es un engaño, ¡no puedo olvidarte! así de sencillo".

Aparecen unas luces que sin parar la llaman,
la obligan a seguir, la obligan a reir,
ensaya una sonrisa, desempapa la mirada
no queda mas remedio que fingir.


-ya no tengo fuerza para nada,
es mi vida o tu mirada-

x2.